A la hora de decorar, sentirte cómoda en casa es una de las cosas que te animo a poner en tu filtro de decisiones. Es esencial para disfrutar tus espacios, para que tu hogar se honre a sí mismo.
Y no comodidad a toda costa. No. Sino esa que va de la mano con la belleza, la calidez y, siempre que sea posible, la historia. Como en este piso.
Porque, a veces, se piensa que si algo es bonito no es cómodo y al revés. Y de eso nada. Aunque a veces ocurra, que también.
Las piezas funcionales, si tienen personalidad, te regalarán un plus de estilo.
Un bonito banco en la entrada, cerca, o donde te vistes y calzas es un elemento que enriquece tu decoración y mejora tu experiencia de vida. No tiene que ser muy grande, vale con que funcione bien y tenga personalidad. Si puedes hacerte con uno tan bonito como este, genial. Si no, siempre puedes pintar el que tengas a tu gusto o añadirle unos bonitos cojines.
Un punto de luz y una alfombra suave son complementos que elevan un espacio. Porque lo embellecen y porque lo hacen práctico. No sé tú, pero yo sufro con los cambios bruscos de temperatura y, aunque sea verano, quitarme los zapatos y pisar el suelo frío es algo que no me gusta nada.